Un Contrato de Arrendamiento Comercial es un contrato en donde se regula el alquiler de un local comercial (local, oficina, almacén, u otro inmueble destinado a actividades empresariales). En él se detallan los derechos y obligaciones tanto del arrendador como del inquilino (arrendatario), incluyendo aspectos clave como el uso del espacio, la duración del contrato, el importe de la renta, la fianza y otras condiciones específicas del alquiler.
Este tipo de contrato garantiza que ambas partes tengan claro qué se espera durante la relación comercial, evitando malentendidos o conflictos futuros.
Un Contrato de Arrendamiento Comercial también se conoce como:
- Contrato de arrendamiento para actividad comercial
- Contrato de arrendamiento de local de negocio
- Contrato de arrendamiento local comercial
- Contrato de arrendamiento de oficina
- Contrato de alquiler de local
En España, un contrato de arrendamiento comercial se utiliza para alquilar una amplia variedad de inmuebles destinados a desarrollar actividades empresariales, profesionales o industriales. Estos son algunos de los más comunes:
- Oficinas y espacios profesionales, incluyendo oficinas, despachos profesionales (abogados, arquitectos, asesores, etc.), planta entera de un edificio comercial, entre otros.
- Inmuebles industriales, naves industriales, fábricas, talleres de producción, espacios para logística o distribución.
- Locales comerciales y tiendas, incluyendo locales a pie de calle, tiendas en centros comerciales, boutiques, comercios minoristas y franquicias, salones de belleza, peluquerías y centros de estética.
- Hostelería y restauración, como bares y cafeterías, restaurantes, cocinas industriales o fantasma (dark kitchens), locales para delivery o recojo.
- Espacios de almacenamiento, como almacenes y depósitos, trasteros comerciales, espacios logísticos, sótanos o zonas auxiliares para uso empresarial.
Un Contrato de Arrendamiento Comercial debe contener toda la información esencial para formalizar legalmente la relación entre el arrendador y el inquilino, como por ejemplo:
- Detalles de la propiedad: dirección completa, descripción del local comercial, superficie útil, referencia catastral, entre otros detalles importantes.
- Actividad comercial: actividades comerciales autorizadas dentro del inmueble, como, por ejemplo, venta de ropa, restaurante, etc.
- Datos de las partes: nombres completos, direcciones y datos de contacto del arrendador e inquilino.
- Términos del arrendamiento: duración del arrendamiento, cláusulas de acceso y terminación anticipada, entre otros.
- Condiciones de pago: monto del alquiler, qué día se paga, métodos de pago, intereses por demora, etc.
- Responsabilidad sobre gastos y seguros: quién paga los servicios públicos, el mantenimiento y el seguro del inmueble.
- Fianza: si el arrendador requiere un depósito y si tiene derecho a aumentar el alquiler durante el plazo del contrato.
En España, en los contratos de arrendamiento comercial, no existe ningún tipo de límite temporal a la hora de escoger la duración del contrato. En este tipo de alquiler, las partes tienen plena libertad para pactar la duración del contrato que quieran, adaptándolo a las necesidades del negocio.
No obstante, lo más habitual es acordar un plazo inicial de 1 año, con posibilidad de prórroga si así se acuerda.
En los arrendamientos comerciales la renovación automática debe pactarse expresamente entre las partes en el contrato.
Por tanto, las partes tienen plena libertad para acordar que el contrato se renueve una vez expire el plazo: ya sea renovación por el mismo plazo acordado, por un año, mes a mes o año o año.
Si no se acuerda nada en el contrato, el mismo finalizará en la fecha indicada, sin necesidad de preaviso. Por eso, es importante que el contrato refleje con claridad si habrá prórroga y en qué condiciones. Nuestras plantillas incluyen opciones personalizables que cubren todo este tipo de situaciones.
Sí, es posible terminar un contrato de arrendamiento comercial antes de su vencimiento, siempre que esta opción se haya pactado previamente en el contrato. Las partes tienen total libertad para acordar las condiciones de una resolución anticipada, incluyendo el plazo de preaviso necesario y si corresponderá o no el pago de una indemnización al arrendador.
Asimismo, nuestra plantilla contiene una cláusula donde puede definir el plazo mínimo obligatorio durante el cual ninguna de las partes podrá resolver el contrato unilateralmente.
Todas estas situaciones vienen incluidas en el cuestionario de LawDepot y el usuario tendrá plena de libertad de escoger la que más le convenga.
Sí, un contrato de arrendamiento comercial puede ser firmado entre dos empresas sin ningún problema. De hecho, es una práctica habitual en el ámbito empresarial que dos empresas (por ejemplo, sociedades limitadas) firmen este tipo de arrendamientos.
En estos casos, ambas partes actúan como personas jurídicas, lo que otorga mayor flexibilidad a la hora de pactar condiciones específicas, como duración, garantías o actualización de renta.
Sí. El alquiler de un local comercial está sujeto al IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) de 21%, ya que se destina a una actividad económica. Por ejemplo, si la renta mensual es de 1.000 €, el inquilino deberá pagar 1.000 € + 21% de IVA (210 €). El arrendador, a su vez, deberá declarar ese IVA a Hacienda cada trimestre presentando el modelo 303.
Las partes pueden pactar libremente cómo se actualiza la renta, eligiendo el índice que prefieran, como el IPC, IGC o un porcentaje o cantidad fija. Sin embargo, es imprescindible que la cláusula de actualización esté incluida expresamente en el contrato; de lo contrario, la renta no se actualizará, aunque transcurra el tiempo.
Para hacer correctamente un contrato de arrendamiento comercial, es importante que incluya todos los aspectos esenciales del acuerdo. Entre ellos se encuentran:
- Identificar a las partes: Nombre, DNI/NIF o datos fiscales si son empresas.
- Describir el inmueble: Descripción del local, dirección, superficie, referencia catastral, actividad comercial, si incluye parking o mobiliario, dispone del certificado energético, etc.
- Establecer el plazo de duración: Puede ser libremente pactado (por ejemplo, 1 año, 5 años, etc.) y con opción de renovación.
- Fijar la renta y su forma de pago: Importe mensual, si se paga por adelantado o a tiempo vencido, día de pago, forma de pago y si habrá penalidades en caso de retraso de alquiler.
- Incluir fianza y garantías adicionales: De conformidad con la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) , es obligatorio incluir una fianza equivalente a dos meses de renta. Además, si se exigirá algún tipo de seguro.
- Regular la actualización de la renta: Si se quiere actualizar anualmente, debe incluirse expresamente y el plazo de antelación para comunicar este aumento.
- Definir si se permite la resolución anticipada: Incluya las condiciones de la reresolución anticipada, el plazo de preaviso y si habrá alguna indemnización.
- Acordar el reparto de gastos y mantenimiento: Quién paga IBI, comunidad, suministros, reparaciones, etc.
- Firmar el contrato y entregar copia a ambas partes.
Para ahorrar tiempo y evitar errores, utilice una plantilla de Contrato de Arrendamiento de Local Comercial de LawDepot. Están redactadas por expertos jurídicos y usted puede editarlas fácilmente según las necesidades de su negocio
Sí, en España es obligatorio entregar una fianza en los Contratos de Arrendamiento Comercial. Por ley, la fianza mínima es equivalente a dos mensualidades de renta, y debe depositarse al firmar el contrato. Esta fianza sirve como garantía frente a posibles impagos o daños en el local.
Además, las partes pueden acordar otras garantías adicionales, como un aval bancario o un depósito extra, especialmente en contratos de larga duración o de alto valor.
No, no es obligatorio firmar un Contrato de Arrendamiento Comercial ante notario público en España para que sea válido. Basta con que ambas partes (arrendador e inquilino) firmen el contrato por escrito y conserven una copia.
Sin embargo, si se desea dar fe pública del acuerdo o inscribirlo en el Registro de la Propiedad, sí puede ser útil elevarlo a escritura pública ante notario, aunque esto es totalmente opcional.